7/19/2016

Corrientes del pensamiento económico

La economía, como toda Ciencia Social, posee dos características que la diferencian de otros tipos de ciencias:

• La imposibilidad de experimentar o por lo menos de lograr certeza en la predicción de los resultados en base a experimentaciones controladas.
• La pertenencia del investigador al universo que estudia, esto hace inevitable que las normas y valores del mismo interfieran en sus conclusiones.

De manera tal que la combinación de la falta de certeza, con los puntos de vista propios de cada economista, hace inviable la existencia de una verdad única y nos obliga a estudiar la economía teniendo en cuenta la existencia de distintas corrientes del pensamiento.

Por este motivo a continuación se tratará de sintetizar la descripción de las corrientes fundamentales de la Teoría Económica.

Los orígenes

Se puede sostener que los primeros que sistematizaron el pensamiento económico fueron los Mercantilistas. Estos pensadores reivindicaban la acumulación de oro y plata con el objetivo de darle fortaleza económica a una nación. Sus ideas se expandieron en Francia e Inglaterra y fueron dominantes en los siglos XVII y XVIII. Se destacó entre ellos el Ministro de Hacienda francés, Jean Baptiste Colbert (1619-1683). La inviabilidad de que todos los países a la vez lograran este objetivo junto con el planteo de David Hume (1711-1776) de que el ingreso de oro a una economía provocaría el incremento de los precios y no de la producción, provocó su declinación y la irrupción de los Fisiócratas como pensamiento dominante en la segunda mitad del siglo XVIII. Para ellos el excedente económico se lograría mediante la maximización en la producción agrícola. Se destacó notablemente entre ellos François Quesnay (1694-1774), médico de la corte de Luis XIV.

Adam Smith (1723-1790)

Smith era escocés y se formó en las universidades de Glasgow y de Oxford. En la primera fue profesor de Lógica y de Filosofía Moral. En el año 1776 publicó su obra principal: Causas y Consecuencias de la Riqueza de las Naciones.

Smith abordó a la economía desde la filosofía. Era un ferviente defensor de las leyes de la naturaleza, del orden natural, y cuestionaba las imperfecciones de las instituciones humanas. Para él la conducta humana obedece de manera natural a las siguientes motivaciones: el egoísmo, la conmiseración, el deseo de ser libre, el sentido de la propiedad, el hábito del trabajo y la tendencia al intercambio. Si al hombre se lo deja en libertad, no sólo conseguirá su propio beneficio, sino también impulsará el bien común.

A Smith también le preocupó el origen del valor de las mercancías y en base a ideas dejadas por William Petty (1623-1687) y Richard Cantillon (1680?-1734) elaboró la Teoría del Valor Trabajo, la cual considera que el origen del valor de intercambio (valor en cambio) de las mercancías está en el trabajo humano. Divide al valor en dos: el valor en uso que es la utilidad que posee un objeto determinado, mientras que el valor en cambio es la capacidad de un objeto para ser intercambiado por otros y está determinado por el tiempo de trabajo humano incorporado en su producción.

Por otra parte, le inquietaba que mientras los seres humanos se reproducían, la tierra no lo hacía, lo cual provocaría en algún momento del tiempo una situación de escasez de alimentos. Para esto proponía que los salarios en la economía debían ser de subsistencia, o sea, lo necesario para la subsistencia del trabajador y su familia. Consideraba que si el ingreso de las familias fuese mayor al de subsistencia, el crecimiento poblacional se aceleraría.

Algo que observaba en su época era que se había pasado de la producción artesanal, en la cual un mismo artesano realizaba todas las operaciones, a una división del trabajo, en la cual cada operario realizaba una sola operación, como por ejemplo, hacer puntas de alfileres. Esto permitía que quien lo hiciera se especializara en dicha operación, mejorando los tiempos de producción y la calidad de lo elaborado.

Cualquier productor que buscara su beneficio individual se vería obligado a dividir el trabajo de su empresa y de esta manera estaría maximizando la producción de toda la economía. Eran las motivaciones de la conducta humana las que garantizarían el crecimiento permanente del todavía entonces incipiente capitalismo inglés.

David Ricardo (1772-1823)

Economista, agente de bolsa y miembro del Parlamento y del Partido Liberal inglés. Era descendiente de una familia de judíos holandeses radicados en Inglaterra. En opinión de Eric Roll, Ricardo fue el continuador del trabajo iniciado por Smith. Se destacó por su aporte a través de la Teoría de la Renta Diferencial de la Tierra, en la cual demuestra que la economía inglesa, mediante el elevado arancelamiento a la importación de granos estaba estimulando la acumulación de la clase terrateniente en detrimento de la clase capitalista. A la primera la consideraba una clase estéril pues tenía una renta diferencial ya que los elevados aranceles impuestos a los granos importados hacían subir el precio de los granos nacionales, como consecuencia del crecimiento poblacional existente, y de esta manera el costo del arrendamiento de la tierra subía constantemente premiando al propietario de la misma. La necesidad de que el salario fuese de subsistencia hacía que estos subieran al mismo tiempo que subieran los alimentos de los trabajadores, los derivados de los granos. Así la clase capitalista veía acotado su beneficio por tener que pagar salarios cada vez más elevados para que los mismos continuaran siendo de subsistencia. El problema era que esta clase era la que guiaba su comportamiento por las motivaciones citadas por Smith: el egoísmo, la conmiseración, el deseo de ser libre, el sentido de la propiedad, el hábito del trabajo y la tendencia al intercambio. Esta característica de los capitalistas hacía imprescindible que fuera la clase que acumulara para garantizar el crecimiento económico que su antecesor veía como imparable.

Con su presión desde el Parlamento, Ricardo logró que fueran abolidas las Leyes de Granos que arancelaban la importación de los mismos y, a partir de allí, la clase capitalista comenzó a incrementar su acumulación.

Ricardo fue importante para la consolidación del capitalismo inglés y así se generaron condiciones necesarias para la Segunda Revolución Industrial. Por esto último, muchos lo consideran el padre de la misma. También hay que tener en cuenta que no propició la intervención del estado en la economía, sino todo lo contrario, reivindicó el retiro de una intervención previamente establecida.

Juan B. Say (1767-1832)

Say se consideró siempre a sí mismo como un intérprete de Adam Smith. Su Tratado de Economía Política (1803) pretendía ser una exposición sistemática de las principales ideas de Smith. Uno de sus aportes más destacados y consistentes con las ideas del economista escocés fue lo que se dio en llamar la Ley de Say, a la que algunos la llaman la ley de los mercados. La misma se puede sintetizar en la siguiente frase: toda oferta genera su propia demanda. Por ella no podría existir nunca en un país una situación de sobreproducción general.

La idea es que si productores eficientes realizan nuevas ofertas en la economía, el mercado demandaría estos bienes, lo cual generaría un ingreso a dichos oferentes y a sus trabajadores. Todos estos gastarían ese ingreso generando un flujo de demandas e ingresos entre demandantes y productores que en algún momento se traducirían en una nueva demanda para los anteriormente citados nuevos oferentes. Así la oferta de estos produjo su propia demanda.

La Ley de Say es un pilar fundamental para la teoría clásica pues estaría garantizando el funcionamiento óptimo de los mercados y la imposibilidad de que se produzcan problemas de demanda siempre y cuando se deje funcionar libremente a los mercados.

Thomas Malthus (1776-1834)

Malthus es muy citado habitualmente por su preocupación acerca del crecimiento poblacional. Planteaba que mientras la población crecía en progresión geométrica, los alimentos sólo lo hacían en progresión aritmética. Para él existían frenos positivos y negativos al crecimiento poblacional: los primeros eran la restricción moral que limitaba el coeficiente de natalidad y los segundos, el hambre y las guerras que aumentaban el coeficiente de mortalidad.

Carlos Marx (1818-1883)

Nació en Tréveris, Alemania. Pertenecía a una familia judía de clase media aunque su padre abandonó esta religión poco después del nacimiento de su hijo. Estudió Derecho e Historia en las universidades de Bonn y de Berlín. En 1847 escribió junto con Engels el Manifiesto Comunista y dos años después fue expulsado de Prusia y se radicó en Londres. El primer tomo de su obra principal, El Capital se publicó en 1867. En él Marx realizó un profundo y crítico análisis del modo de producción y de cambio en el capitalismo. Marx utilizó la dialéctica como método de investigación y consideraba que la sociedad estaba dividida en dos clases sociales: los capitalistas, que son los dueños de los medios de producción, y el proletariado, quienes sólo tienen su fuerza de trabajo para ofrecer en el mercado. El análisis que hizo del capitalismo partía del estudio de la relación de contradicción entre estas dos clases sociales.

Él también reivindicaba la Teoría del Valor Trabajo y se puede afirmar que la profundizó. De manera similar a Smith, Marx consideraba que el Valor de una mercancía se descomponía en Valor de Uso, que está determinado por la utilidad pero que no cuantifica a cuánto se va a intercambiar la misma, y en Valor de Cambio que sí cuantifica a cuánto se va a intercambiar la misma y que está determinado por el tiempo de trabajo que la sociedad considera necesario para la producción de la misma.

También diferenciaba al Valor - que es tiempo de trabajo - y al Precio, afirmando que este último es la expresión dineraria del valor. Agregando que podrían existir diferencias momentáneas de corto plazo entre el valor y el precio por diferencias entre la oferta y la demanda, pero que el mismo juego entre estas dos funciones provocaría en el largo plazo la igualdad entre valor y precio.

El considerar que el valor de cambio de las mercancías es sólo producto del trabajo humano, le permitió afirmar que el beneficio obtenido por los capitalistas por ser propietarios de los bienes de capital, es valor producido por los proletarios. Si por ejemplo, el valor de cambio de una camisa fuera de 8 horas de trabajo, supongamos que tres de esas ocho horas estuvieran representando al valor de los insumos y las materias primas con que se las produjo y que otras tres horas fueran el equivalente a lo que abonó de salarios. Las dos horas restantes serían el beneficio que obtiene el capitalista. A estas dos horas Marx no las llamó así, sino que las definió como Plusvalía y son valor producido por el trabajador -según la Teoría del Valor Trabajo- que es apropiado por el capitalista con la anuencia del sistema. Esta expropiación lleva a una relación de contradicción entre las dos clases sociales mencionadas que provocará una permanente lucha de clases. Esta lucha de clases tendrá según él etapas de derrotas y otras de victorias para el proletariado, hasta que en algún momento la clase capitalista será derrotada y sobrevendrá un nuevo sistema, el socialismo, en reemplazo del capitalismo. Su característica principal es que los medios de producción pasarían a ser propiedad del Estado y a través de éste de toda la comunidad.

Las ideas de Marx lograron seguidores en todo el mundo y así se fundó una nueva corriente del pensamiento económico: la marxista.

Los Neoclásicos

Estos economistas, contemporáneos o posteriores a Marx pero continuadores del pensamiento clásico de Smith y de Ricardo, entre los cuales sobresalieron Stanley Jevons, Carl Menger y León Walras, se destacaron por haber estudiado el comportamiento de los oferentes -como lo venían haciendo sus antecesores- pero también el de los demandantes. En este último caso consideraban que la conducta de los consumidores está guiada por la utilidad que el consumo de cada unidad de una mercancía brinda a los mismos. La utilidad es el nivel de satisfacción que le brinda a un individuo el consumo de un bien. La utilidad marginal es el nivel de satisfacción que recibe el consumidor por cada nueva unidad consumida del bien y por supuesto que es negativa ya que cada nueva unidad consumida brinda menos utilidad que la anterior.

Para entender esto sólo imaginemos qué nos sucede si comenzamos a consumir unidades de algo que nos provoca mucha satisfacción, a medida que incrementamos el consumo la satisfacción obtenida por cada nueva unidad consumida será menor.

En base a lo expuesto y a suponer que el individuo es absolutamente racional en sus decisiones, construyeron la llamada Teoría del Consumidor y, en base al estudio de los costos de producción, la Teoría de la Producción, utilizadas en el análisis microeconómico. De estas teorías se deriva la modelización de los mercados, con sus curvas de demanda y oferta, conocidas habitualmente.

Otros aspectos destacables de esta corriente del pensamiento son:

La Teoría del Valor Utilidad en contraposición con la citada Teoría del Valor Trabajo, considera que el valor de las mercancías está determinado por la utilidad de las mismas. O sea que a mayor utilidad, mayor valor tendrá una mercancía. Se puede explicar con el conocido ejemplo de un vestido. Cuando está de moda vale más pues tiene mayor utilidad, al dejar de estar de moda tiene menos utilidad y por lo tanto menor valor. Pero en los dos casos el vestido tiene la misma cantidad de tiempo de trabajo incorporado. Con esta teoría ellos consideraban invalidado a Marx pues para éste es fundamental que el origen del valor esté en el trabajo humano para poder definir a la plusvalía como tal.

El Desempleo es Voluntario. Para estos economistas así como existen mercados de diversas mercancías, también existe un Mercado Laboral en el cual se ofrece fuerza de trabajo por parte de los individuos y se demanda fuerza de trabajo por parte de los productores.

Como en todo mercado, de la interacción libre entre oferentes y demandantes surge un punto de acuerdo o de equilibrio, el cual determinará el salario y el nivel de empleo de la economía. Si no existe intervención estatal en el mercado, cualquier oferente de su fuerza de trabajo que no esté ocupado, estará en esta condición por ofrecer su trabajo a un salario mayor al que determina el mercado, siendo de esta manera un desempleado voluntario. Así estos autores afirman que el desempleo existente bajo la condición antes mencionada, no es responsabilidad del mercado, sino de quienes se ofrecen fuera de las condiciones determinadas por el mismo. Debemos tener en cuenta que ellos consideraban que los mercados son perfectamente competitivos15 y que esto sucedería si se los deja actuar libremente.

Es importante citar que también consideraban que los oferentes de trabajo guían su comportamiento no por el salario nominal (W), sino por el salario real (W/P). Este último es lo que suele llamarse el poder adquisitivo del salario, o sea, el poder de compra que tiene el mismo. De manera tal que cuando los precios suben, el salario nominal no se ve afectado, pero el real sí.

León Walras (1834-1910)

Construyó un modelo de análisis de los mercados que muestra un equilibrio general en los de trabajo, tierra y bienes. En base a este modelo él planteó que si los mercados operan libremente, la economía funcionará en equilibrio general, situación en la cual existiría pleno empleo de todos los factores productivos, entre ellos el trabajo. Esto los llevó a desestimar problemas de desempleo, los cuales sólo se producirían por intervenciones estatales en los mercados.

John Maynard Keynes (1883 - 1946)

Este economista inglés nacido en 1883 y formado académicamente en Cambridge por varios de los economistas neoclásicos que se acaban de citar, marcó un punto de inflexión en el pensamiento económico y en la historia de la economía.

Fue un gran intelectual que formó parte como asesor de la delegación inglesa de la Conferencia de Versalles en 1919, a cuyo cargo renunciaría antes de la firma del Tratado en oposición a las sanciones económicas que se le impondrían a Alemania y que, según detalla en su libro Las Consecuencias Económicas de la Paz (1920), provocarían una nueva guerra de Alemania con los firmantes del tratado. Él planteaba que ese país debía pagar por los destrozos que provocó, pero lo que se intentaba hacer era asfixiarla económicamente. Desgraciadamente sus predicciones fueron acertadas y el mundo pagó las consecuencias de semejante error. Al final de la Segunda Guerra Mundial, la política para con los vencidos fue todavía mucho más allá de lo que Keynes planteó en 1919.

Con razón se le llama el padre de la macroeconomía ya que demostró que para el estudio global de la economía eran necesarias otras herramientas de análisis. Su obra principal es la Teoría General de la Ocupación, el interés y el Dinero, publicada en 1936.

A diferencia de los clásicos que consideraban que la Inversión dependía solamente de la tasa de interés, Keynes consideraba que también dependía de la demanda efectiva que hay en la economía y ésta estaría determinada por el nivel de empleo. A más empleo mayor sería la demanda efectiva.

Así una insuficiencia de la demanda efectiva hace entrar a la economía en una fase depresiva con caída de la inversión y del empleo que se alimentan una a la otra.

Keynes introdujo también el motivo precaución y el motivo especulación, teniendo este último fundamental importancia en el estudio del mercado de dinero de la economía.

Por otra parte, consideraba que los precios y los salarios son inflexibles a la baja y que los oferentes de trabajo, para decidir la cantidad que ofrecen del mismo, no observan el salario real sino el nominal. Dice en su Teoría General de 1936 que pensar que los trabajadores van a aceptar reducciones en sus salarios nominales sólo es posible en “Alemania, Italia o Rusia”, o sea, con dictaduras autoritarias.

Al asumir Franklin Roosevelt en 1932 la presidencia de Estados Unidos, implementó un plan fuertemente keynesiano que comenzó a sacar a ese país y al mundo de la Gran Depresión varios años antes de la guerra. Rápidamente el modelo fue copiado en todo el mundo y este cambio dio surgimiento a un nuevo tipo de capitalismo, con mayores regulaciones e intervenciones estatales, con empresas públicas en muchos países, en particular en el continente europeo. También sirvió de sustento desde lo económico de lo que se llamó el modelo Estado Benefactor que trataba de disminuir las diferencias sociales. Lo mismo se puede decir de la llamada etapa fondista. Lo cierto es que el capitalismo no volvió a ser lo que fue en los finales del Siglo XIX y en los principios del Siglo XX.

Los Monetaristas

Milton Friedman (1912) desarrolló, desde la Universidad de Chicago, la teoría monetarista moderna en la segunda mitad del Siglo XX. Derivada de la Teoría Cuantitativa del Dinero de Irving Fisher (1867-1947), sus principales características son:

• Las políticas de expansión del Gasto Público sólo tienen el efecto de incrementar los precios de la economía y no el PBI.
• Consideran que la demanda y el PBI de la economía están fundamentalmente determinados, en el corto plazo, por la cantidad de dinero u oferta monetaria existente en la economía.
• Si la cantidad de dinero creciera por encima de lo que lo hace el PBI, esto sólo generará aceleramientos de la inflación en el largo plazo.
• Para ellos la economía tiene una Tasa natural de Desempleo y si la economía funcionará con una tasa de desempleo menor, esto provocará aceleramientos en la inflación.
• Plantean que el sector privado de la economía es estable y que las variaciones del producto nominal dependen de la política monetaria de los bancos centrales.
• Sostienen un rechazo sistemático a los postulados básicos del keynesianismo. En particular a las políticas fiscales de expansión del gasto del Estado.

Estas teorías guiaron las políticas económicas de Estados Unidos y Gran Bretaña en los años 80 y fueron las que los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional trataron de imponer en los países deudores.

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